La vacunacion contra la Covid-19 a los pacientes en condiciones de alto riesgo ha comenzado . Entre ellos y de acuerdo a la Estrategia de Vacunación, se encuentran los pacientes trasplantados de cualquier órgano, así como los que están en lista de espera, y aquellos que necesitan diálisis peritoneal o hemodiálisis.
Según datos de 2019 aportados por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), en España más de 64.000 personas precisan tratamiento renal sustitutivo, es decir, trasplante o diálisis, de los que más de 35.000 lo hacen a través de hemodiálisis en hospitales o centros médicos.
Los ensayos clínicos existentes sobre las vacunas anticovid se han llevado a cabo en personas sin problemas de tipo inmunologicos y sin enfermedad, por lo que la eficacia de esta inmunización en los enfermos renales y en los trasplantados de riñón es aún una incógnita.
Uno de los escasos estudios sobre la respuesta inmunitaria alcanzada a través de la vacunación en las personas trasplantadas con un órgano sólido (de otros tipos tambien, aunque mayoritariamente renales) indica que a los 20 días de recibir la primera dosis de una vacuna de ARNm (Pfizer/BioNTech o Moderna) contra la covid, solo el 17% presenta anticuerpos. Los autores de este estudio, publicado recientemente , están investigando qué ocurre en estos pacientes con la inmunidad celular.
En pacientes en tratamiento con hemodiálisis, otro estudio publicado recientemente , sugiere que la respuesta a la vacuna de Pfizer-BioNTech, en principio, es muy buena, del 96% frente al 100% en los trabajadores sanitarios vacunados, pero no así el nivel de anticuerpos IgG conseguidos, que es muy inferior. Como factores que influyen está la edad y el número de linfocitos (cuantos más, mejor respuesta).
Trabajos sobre pacientes renales indican que la infección por el coronavirus despierta un aumento de los niveles de anticuerpos, que al poco tiempo recaerán. Así lo ha demostrado un estudio multicéntrico , impulsado por la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo, sobre más de 800 pacientes en hemodiálisis, y del que se ha destacado una elevada y rápida pérdida de los anticuerpos en estos enfermos. “A las cuatro semanas, el 15% de los que pasaron la infección sintomática y el 77,5% de los que tuvieron infección asintomática negativizan los anticuerpos”.
Otro trabajo retrospectivo sobre 83 pacientes en hemodiálisis que superaron una covid-19 grave se vio que el 25% de los enfermos a los seis meses negativizaron los anticuerpos.
A medida que se tengan datos más robustos sobre el impacto de la vacunación en los pacientes renales, podría ser necesario plantearse planes para la medición de niveles de anticuerpo o incluso de revacunación, habida cuenta de la vulnerabilidad de esos pacientes.
Señalan los inmunólogos que la medición de la respuesta inmunitaria, y su duración, no es exclusiva de los niveles de unos anticuerpos concretos.
Es un error, seguramente hablar de la duración de anticuerpos sin tener en cuenta a las células B de memoria, que están silentes, pero que en el momento en que se produzca un contacto viral se activaran y producirán anticuerpos de forma rápida.
María Montoya, inmunóloga del Laboratorio de Inmunología Viral del Centro de Investigaciones Biológicas Margita Salas (CIB), quien ha repasado las diferentes técnicas de medición de la inmunidad disponibles, ha enfatizado que aunque no tengamos los anticuerpos circulantes, sí podemos contar con las células que los producen y mantener la protección.
Además, “un 10% de las personas con un sistema inmunologico competente superan la infección sin generar anticuerpos, lo que nos indica que la inmunidad celular tiene un papel muy relevante”.
Cada vez contamos con más herramientas para medir la respuesta celular, y eso va a ser la clave para entender qué necesitamos para que una persona esté protegida. Pero aún no sabemos cuál es el nivel de anticuerpos necesario para que una persona se encuentre protegida.
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