Hábitos de vida saludables en personas en hemodiálisis
Se constata que el estilo de vida, bajo un enfoque socioeducativo, no se limita a una conducta exterior, el estilo de vida lleva implícitamente una forma de conocer, de aprender, de adueñarse del conocimiento y, en último término, de la realidad aparente. Es parte del concepto holístico de salud, que contempla al individuo en su totalidad y en su entorno global, acentuando tanto la dimensión física, como la psicológica y espiritual.
En resumen, desde los modelos psicosociales se puede defnir el estilo de vida saludable como un conjunto de patrones conductuales o hábitos que guardan una estrecha relación con la salud. Por patrones conductuales se entienden formas recurrentes de comportamiento que se ejecutan de manera estructurada y que se pueden asumir como hábitos cuando forman el modo habitual de responder a diferentes situaciones. Estos hábitos se aprenden a lo largo del proceso de socialización del individuo y una vez adquiridos son difíciles de modifcar (Rodriguez-Marin Garcia ,1995)
HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES EN PERSONAS EN TRATAMIENTO DE HEMODIÁLISIS
La Enfermedad Renal Crónica (ERC) supone un serio menoscabo funcional en el paciente que la padece, mayor cuando más avanzado es el grado de la misma. Por padecer una Enfermedad Renal Crónica avanzada, actualmente en España más de 20.000 personas recibe tratamiento mediante Hemodiálisis, y un porcentaje alto de estos pacientes supera los 65 años de edad. La ERC se asocia además con frecuencia a otras patologías como la diabetes, la hipertensión, la dislipemia o la obesidad y produce complicaciones como desnutrición, anemia, inflamación general y enfermedad ósea. Todo ello incrementa el envejecimiento del aparato cardio-circulatorio y la arterioesclerosis, patologías responsables de la mayoría de las muertes en nuestra sociedad, y reduce en gran medida la calidad de vida.
Por este resulta de enorme importancia que los enfermos en hemodiálisis se conciencien sobre la necesidad de seguir unas medidas higiénico-dietéticas adecuadas para reducir su riesgo cardiovascular, retrasar todo lo posible al aparición de complicaciones, y mejorar su calidad de vida en todos sus planos: físico, psicológico y social.
Pero, además, incluso en pacientes con Enfermedad Renal Crónica avanzada se debe aspirar a tener el grado más alto posible de salud, entendida como bienestar físico, mental y social, lo que supone que, al margen de la situación de una enfermedad, la salud requiere un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de las enfermedades, e incluso la relación con el medio ambiente y la actividad social.
COMO PODEMOS CONSEGUIRLO
Actividad física y entrenamiento
El problema añadido en pacientes en hemodiálisis es que en ellos la malnutrición energético-proteica produce disminución de la fuerza muscular y la capacidad funcional, por lo que la capacidad de desarrollar actividad física se reduce en gran medida. Por eso la falta de actividad física es un problema frecuente en ellos. Pero, sin duda, el ejercicio físico regular no sólo es importante para mejorar la función cardiovascular, sino que puede reducir la tensión arterial, mejorar la fuerza muscular y la capacidad funcional, e incluso influir positivamente en el plano emocional, ya que ayuda a reducir los niveles de estrés, depresión y la ansiedad, a dormir mejor, y a mejorar la autoestima.
Se recomienda ejercicio de más de 30 minutos de duración, 3 veces por semana al menos (a diario si es posible). Lo ideal es que se combinen ejercicios aeróbicos (cinta ergométrica o bicicleta estática) con otros de resistencia (entrenamiento con pesas) e incluir ejercicios de coordinación y flexibilidad. Sin embargo, debemos pensar que cualquier tipo de ejercicio físico moderado puede ayudar, y que incluso se mejora al pasear 30 minutos a ritmo vivo o una hora ritmo moderado.
Evitar el exceso de peso corporal
Para lograrlo se debe combinar un descenso moderado de la cantidad de calorías ingeridas con un aumento del gasto de energía mediante el ejercicio físico. En la alimentación se debe intentar evitar en lo posible las comidas con mayor aporte calórico, que son las que incluyen cualquier tipo de grasa líquida o sólida.
Hábitos nutricionales
En la atención clínica de pacientes en diálisis, el cuidado de la nutrición es muy importante. La principal consecuencia de la malnutrición en los pacientes en hemodiálisis será un aumento de la morbilidad y mortalidad. Entre el 30-65% de los pacientes con diálisis mantenida presentarán alteraciones en los parámetros nutricionales y en las medidas antropométricas, pérdida de peso y con marcadores inflamatorios elevados.
Proteinas: Desde las primeras etapas de la ERC, la modificación en la ingesta de calorías, proteínas, sodio y fósforo son muy importantes para retrasar el curso de la enfermedad. En etapas más avanzadas de la misma, antes del comienzo de la diálisis, la reducción de proteínas previene o mejora los síntomas y complicaciones urémicas.
Sin embargo, al iniciar el tratamiento con diálisis se debe aumentar la ingesta de proteínas, pero de una forma controlada para evitar el exceso de aporte de potasio, fósforo y sal, y con ella la retención de líquido.
Líquido: Al reducirse la cantidad de orina que el paciente elimina, el cuerpo puede acumular líquido, que en cantidad excesiva puede dificultar la oxigenación en los pulmones, lo que se considera un complicación potencialmente grave. El aumento de peso entre las sesiones de hemodiálisis se debe casi exclusivamente a agua retenida.
Se debe pensar que todos los alimentos contienen agua, pero especialmente los alimentos líquidos, las frutas y los vegetales. La mejor manera de disminuir el consumo de líquidos es reducir la sal, dada la sed que produce; no solo la contenida en el salero, sino la que de por sí acompaña a algunos alimentos con alto contenido en sal. Ayuda también beber en tazas o vasos más pequeños.
Potasio y Fósforo: es importante seguir los consejos médicos para evitar su acumulación, lo que pasa por evitar cacaos, chocolates y frutos secos, y reducir la ingesta de lácteos, legumbres, pescado azul, frutas y verduras.
Hábitos tóxicos
Si en general el tabaco y el alcohol inciden de forma muy negativa sobre la salud, aún lo hacen más en pacientes con Enfermedad Renal Crónica avanzada. Se debe evitar el tabaco e intentar no consumir más alcohol que vino o cerveza, y en cantidad equivalente a no más de una copa diaria.
Equilibrio psicológico:
Entendido como el estado de bienestar emocional necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los problemas. Cuando este bienestar no se consigue es más probable la aparición de estrés, cansancio, irascibilidad y ansiedad. La actividad social y el mantenimiento de las relaciones es fundamental para la salud física y psicológica de las personas.
Autor: Gorka Garcia Erauskin (Jefe Clinico de el area de Nefrologia Cronicos del Hospital Universitario de Cruces)