El paciente con enfermedad renal crónica suele sufrir cambios físicos, psicológicos y sociales en su estilo de vida. Durante el curso de la enfermedad, pueden surgir sentimientos de negación, rabia, depresión, frustración o culpa, que son difíciles de comprender y aceptar por el paciente y sus familiares.
Algunas personas aceptan desde el principio el hecho de tener una enfermedad renal y de que necesitarán tratamiento para el resto de sus vidas. Otros en cambio, pueden tener problemas para afrontarla, y al conocer el diagnóstico pasan por varias etapas en el proceso de adaptación (que son comunes frente a cualquier enfermedad):