Con este fin, existen varias alternativas. Entre las más utilizadas están:
- Participación en asociaciones de enfermos.
- Talleres con personas que padecen la misma enfermedad.
- Grupos de apoyo comunitario o religioso.
- Psicoterapias individuales o de grupos.
No hay que olvidar nunca, que toda persona tiene derecho a controlar su propio proceso a través de dos instrumentos:
- “EL TESTAMENTO VITAL“, que permite al paciente tener control sobre su proceso final en caso de enfermedad grave y regula el establecimiento, mantenimiento o retirada de medidas de soporte vital.
- “LOS PODERES LEGALES PERMANENTES” para que sus representantes puedan tomar decisiones referentes a su tratamiento médico en el caso de una incapacidad mental futura.
Estos dos instrumentos legales son todavía muy poco conocidos por la población, pero son de vital importancia para la etapa final de la vida.