Aunque esté de alta hospitalaria es muy importante seguir las pautas de medicación así como los controles analíticos y clínicos. De ello depende en gran medida que el trasplante pueda durar lo máximo posible. La medicación que tomará después del trasplante renal será de tipo inmusosupresor (con el objeto de moderar la respuesta de su organismo al órgano trasplantado) y otra medicación diversa relacionada con su estado clínico.