ES BASTANTE COMÚN ENTRE LA POBLACIÓN CREER QUE LAS PLANTAS MEDICINALES NO PUEDEN TENER EFECTOS PERJUDICIALES.
Por ello y porque no requieren receta médica, su consumo para el tratamiento de todo tipo de dolencias está ampliamente extendido en nuestro país.
Según el Centro de Investigación sobre Fitoterapia, el 68% de los españoles las utiliza para tratar alguna afección, como el insomnio, la ansiedad, el sobrepeso o el estreñimiento, aunque también se usan como tratamiento preventivo.
Hacer un mal uso de ellas, puede, sin embargo, resultar nocivo: las plantas medicinales actúan como fármacos, ya que sus principios activos pueden tener un efecto biológico y evidenciable, y es habitual que su toma se solape con la de un fármaco.
En este sentido, pueden interactuar con los medicamentos por mecanismos farmacocinéticos y producir alteraciones de absorción, distribución, liberación, metabolismo y eliminación, o farmacodinámicos, y afectar al resultado de su acción farmacológica potenciándola, minimizándola o produciendo un desequilibrio homeostático.
En el día a día con tu paciente, debes informarle de estos riesgos y estar alerta ante un consumo de plantas medicinales que se solape con medicamentos que puedan provocar interacciones clínicas relevantes, como los anticoagulantes, antiepilépticos, los antirretrovirales o los inmunosupresores.
A continuación, presentamos las interacciones más habituales y las plantas que las provocan cuando se toman con determinados medicamentos:
La mayoría de las interacciones entre plantas y fármacos que afectan a la absorción lo hacen reduciendo los niveles del fármaco, bien sea por alteración del pH digestivo, afectando la motilidad o por la formación de complejos no absorbibles. Esto reduce la actividad terapéutica del medicamento. Algunas plantas medicinales que pueden provocar alteraciones en la absorción de medicamentos son:
El metabolismo de fármacos es el mecanismo más importante de interacciones, que pueden producirse al tomar:
Las interacciones a nivel de eliminación se dan, por ejemplo, con:
Las principales plantas medicinales que pueden interactuar con medicamentos a nivel del sistema nervioso son:
El ginsen, hierba de san juán ( hypericum), roiboos ( que contiene mucha hierba de san juan) y todo lo que contenga pomelo: Estas inducen el metabolismo de los inmunosupresores y bajan los niveles sanguíneos conduciendo al fracaso terapéutico.
El cardo de santa maría inhibe el metabolismo de los inmunosupresores y puede aumentar mucho los niveles y provocar toxicidad.
No se recomienda regaliz ni infusiones que lo contengan porque aumenta la tensión arterial y baja el potasio.
El aloe vera, la goma guar y la hoja de sen son laxantes y si se abusa pueden provocar aumento de los niveles de tacrolimus por la diarrea.
La equinácea y la uña de gato pueden tener un efecto inmunoestimulante e interactuar con inmunosupresores como la ciclosporina o la rapamicina. (10)
Por todo ello, el consumo de plantas medicinales es un aspecto muy importante a tener en cuenta en la revisión y control de los tratamientos farmacológicos. Conocer estas interacciones y orientar al paciente mejorará la atención farmacéutica y la seguridad del tratamiento.
Dra Sofia Zarraga Larrondo ( Nefrologa de el Hospital Universitario de Cruces ).