Aunque los efectos del tabaco se producen de forma progresiva y están directamente relacionados con el tiempo de duración de la adicción, las consecuencias son demoledoras desde la primera calada: la nicotina alcanza el cerebro poco tiempo después de ser consumida, el monóxido de carbono impide que los glóbulos rojos puedan realizar su función de transporte de oxígeno a todos los órganos del cuerpo. ¿Por qué ocurre esto?. Porque la sangre es la encargada (entre otras cosas) de transportar por todo el cuerpo el oxígeno que recoje en los pulmones. Al fumar, los pulmones se llenan de humo con cientos de sustancias tóxicas, que al no haber oxígeno, son transportadas y expandidas por el sistema circulatorio. Por ello, todos los órganos del cuerpo se ven deteriorados en un fumador, porque reciben mucho menos oxígeno que el resto de las personas.
Además, los productos cancerígenos que contiene el tabaco dañan el A.D.N. de las células, alterando su microambiente y desencadenando la aparición y expansión de múltiples tumores.
El tabaquismo continúa siendo una de las causas de muerte prevenible más frecuente en la población, con un impacto muy negativo en la salud de las personas, independientemente de su edad o de cualquier otro aspecto diferenciatorio.
Diversas investigaciones han identificado más de 4000 elementos químicos en el humo del tabaco. Está demostrado que, al menos 60 de ellas, tales como el níquel, son cancerígenas y producen efectos devastadores en la salud.
Las campañas mundiales de salud pública son una gran oportunidad para aumentar la concienciación y los conocimientos sobre los problemas de salud y para movilizar apoyos en todos los ámbitos, desde el local hasta el internacional.
El Día Mundial Sin Tabaco se celebra en todo el mundo el 31 de mayo de cada año impulsado por la Organización Mundial de la Salud. . Esta celebración anual informa al público acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. La celebración de este día es una oportunidad para destacar mensajes concretos relacionados con el control del tabaco y fomentar la observancia del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. El consumo de tabaco es la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta la comunidad sanitaria.
Desde Osakidetza nos sumamos a la semana sin humo que propone SemFYC con el lema “Dejar de fumar, tu otra vacuna”.
Debemos seguir sensibilizando a la población sobre los problemas que genera el tabaco e informando sobre la oferta de los tratamientos que ofrecemos , y con más motivo en estas fechas que ha coincidido con la pandemia del Covid19 y en la que debemos recordar que el tabaco es un factor de riesgo.
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